
En medio de un rígido protocolo de seguridad en una antigua sede de la OTAN, fueron llevados a juicio nueve sospechosos, varios de los cuales ya fueron condenados en Francia por su participación o complicidad en los atentados de noviembre de 2015 en París y Saint-Denis.
El primer día de este proceso judicial se dedicó íntegramente a la constitución del jurado popular, un objetivo alcanzado con éxito tras doce horas de una audiencia que concluyó poco antes de las 23H15 (22H15 GMT).
El 22 de marzo de 2016, dos yihadistas suicidas hicieron estallar explosivos en la sala de embarque del principal aeropuerto de Bruselas, en Zaventem, y simultáneamente un tercer yihadista hizo lo mismo en una estación del tren subterráneo de la capital belga.
En el juicio, que arrancó seis años y medio más tarde, un décimo sospechoso, Usama Atar, será juzgado en ausencia ya que las autoridades presumen que ha muerto en Siria.
Se trata del mayor juicio criminal en la historia de Bélgica, ya que unas 1.000 personas se constituyeron en parte civil.
Tras la conformación del jurado popular, está previsto que los debates empiecen el 5 de diciembre y deberían durar hasta junio.
De acuerdo con un cronograma tentativo, los nueve acusados comenzarían a ser directamente interrogados a partir del 19 de diciembre, y los primeros testigos serían escuchados a mediados de enero.
El principal acusado en este proceso es Abdeslam Salah, el único sobreviviente de los comandos que perpetraron los ataques de 2015 en París.
– Definición ardua –
El 18 de marzo de 2016, Salah fue arrestado en el barrio bruselense de Molenbeek, donde había obtenido refugio luego de los ataques en París y Saint-Denis, que dejaron un saldo de 130 personas muertas.
Este miércoles, en la apertura de la audiencia, se identificó como “Abdeslam Salah, electromecánico”.
Los nueve acusados estaban presentes en el tribunal al inicio de la audiencia. Siete de ellos se encontraban en el interior de una caja blindada, y otros dos pudieron comparecer en libertad.
Sólo uno de ellos -el sueco de origen sirio Osama Krayem- se negó a ponerse de pié al ser nombrado.
Durante la selección de los 12 integrantes del jurado, decenas de ciudadanos belgas (de los 600 convocados) se dirigieron a los responsables para justificar un pedido de exención.
“Me voy a operar en marzo”, dijo uno de ellos. “Tengo que amamantar a mi bebé de 8 meses” o “ya reservé mis vacaciones en Tailandia”, fueron algunos de los argumentos esgrimidos. Otros optaron por presentar vínculos personales con alguna de las víctimas, situación que podría afectar su imparcialidad.
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